Los tomates son frutas versátiles y jugosas, disponibles en innumerables formas, tamaños y colores. Su sabor fresco y dulce, y sus múltiples usos, los convierten en un ingrediente indispensable en la cocina.
Es mejor sembrar a principios de la primavera, de enero a marzo, en interiores o en un invernadero con calefacción. Siembre temprano para que la planta tenga tiempo suficiente para crecer antes de trasladarla al exterior después de la temporada de los Santos de Hielo.
Riegue con regularidad y de manera uniforme. El riego irregular puede provocar que la fruta se agriete. Mantenga la tierra húmeda, pero evite que las raíces se estanquen en agua.
Sí, se recomienda eliminar los brotes laterales. Esto permite que la planta centre más energía en la rama principal y el fruto.
Coseche los tomates cuando alcancen el color y tamaño deseados. Los tomates verdes también se pueden comer, pero son menos dulces.
El color de la fruta es un buen indicador. Cuando el tomate esté completamente rojo, amarillo, naranja, etc., estará maduro y listo para cosechar.
Un tomate híbrido F1 es una variedad que ha sido desarrollada específicamente para lograr características como crecimiento uniforme, alto rendimiento y resistencia a enfermedades.