Las flores bienales son el puente perfecto entre las anuales de verano y las perennes. Ofrecen a cultivadores, floristas y mayoristas un producto confiable que florece maravillosamente en su segundo año. Con su crecimiento robusto, abundante floración y larga vida útil en florero, las bienales son una valiosa adición a cualquier surtido profesional.
Una planta bienal tiene un ciclo de vida que abarca dos temporadas de crecimiento. En el primer año, solo produce hojas y raíces, tras lo cual hiberna. En el segundo año, produce flores y semillas, tras lo cual muere.
Entre las flores bienales más populares se encuentran la dedalera, la malvarrosa, la honestidad, el alhelí, el clavel, las violetas y los nomeolvides.
Sin embargo, la reproducción moderna ha desarrollado muchas variedades que florecen incluso sin un período frío (por ejemplo, las violetas).
Las plantas bienales se siembran generalmente en verano (junio-julio). Esto les da tiempo suficiente para desarrollar un sistema radicular fuerte y hojas antes del invierno.
No es necesario sembrar en interiores y luego trasplantar.
La mayoría de las especies resistentes pueden pasar el invierno al aire libre. Luego forman una roseta de hojas para protegerse del frío.
En climas más fríos, puede ser necesario proteger las plantas con una capa de mantillo, como paja u hojas. Esto ayuda a aislar las raíces de las heladas severas.
El espigado es un fenómeno en el que una planta bienal comienza a florecer y a producir semillas durante su primer año. Esto puede deberse a condiciones climáticas extremas, como olas de frío.