Mejor conocida como guisante de olor perenne o guisante de olor eterno, es una planta herbácea trepadora. Es apreciada por sus vibrantes flores y su capacidad para cubrir pérgolas, cercas y muros con exuberante vegetación y color.

Forma racimos de flores que se asemejan a la clásica flor del guisante. Las flores no son fragantes (a diferencia de los guisantes de olor anuales), pero son grandes y vistosas.

Si no se le da apoyo, la planta puede extenderse por el suelo y formar un crecimiento denso.

Prefiere pleno sol, pero tolera la semisombra. Crece mejor en suelos bien drenados y moderadamente fértiles, aunque también se adapta a condiciones más adversas. Requiere riego regular durante su establecimiento, pero tolera la sequía una vez madura.